El tándem Musk-Trump a la hora de enfrentarse a las realidades del poder
¿"Mump" en la presidencia de Estados Unidos? La alianza sin precedentes y potencialmente explosiva entre Elon Musk y Donald Trump, en la que los objetivos ideológicos están estrechamente alineados con los intereses financieros, deberá hacer frente ahora a las realidades de la Casa Blanca.
El tándem entre el presidente republicano y el hombre más rico del mundo, surgido durante una campaña que el jefe de Tesla y SpaceX financió generosamente, une a dos personalidades disruptivas que saben como nadie cómo saturar el espacio mediático, uno a través de su red X, el otro a través de su plataforma Truth Social.
"Al igual que Trump, Musk entendió el valor de captar la atención diciendo o haciendo cosas consideradas escandalosas" y "desafiando las normas establecidas", dijo Margaret O'Mara, profesora de historia en la Universidad de Washington.
"Elon Musk es rico, es provocador y no deja de decirle a Donald Trump que es maravilloso: eso es todo lo que a Donald Trump le gusta", resume Peter Loge, especialista en medios y asuntos públicos de la Universidad George Washington.
"La probabilidad de que haya fricciones a largo plazo es alta" entre estas dos personalidades que buscan atención, pronosticó a su vez Lorenzo Castellani, profesor de Historia en la Universidad Luiss Guido Carli de Roma.
- "Tiburones de negocios" -
Musk no será ministro, pero encabezará una misión asesora externa para recortar el presupuesto y desregular masivamente, lo que ya genera preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses.
¿Será este un primer recordatorio de la realidad del poder político?
Musk afirmó en su momento que podría recortar el gasto federal en 2 billones de dólares. Ahora dice que recortar un billón ya sería "un logro enorme" y una tarea colosal, dado que el presupuesto federal se eleva a entre 6,5 y 7 billones de dólares.
El multimillonario de 53 años no se ha apartado de Trump desde la elección presidencial de noviembre y suele mostrarse con un esmoquin a su lado en las fiestas que se celebran en la lujosa residencia del presidente electo en Florida. También asiste a reuniones con grandes empresarios y líderes extranjeros.
Según Lorenzo Castellani, su perfil recuerda al "típicamente estadounidense" de los "tiburones de negocios" de finales del siglo XIX y principios del XX, como Cornelius Vanderbildt, Andrew Carnegie o JP Morgan, que tenían "un poder económico y una influencia política enormes".
Al igual que esos capitanes de industria o grandes banqueros de antaño, Elon Musk utiliza su influencia política para impulsar sus intereses.
Según los expertos, es para proteger su red X que está agitando el debate político en varios países europeos, siempre poniéndose del lado de la derecha radical.
El hiperactivo empresario ha pedido, por ejemplo, la dimisión del primer ministro británico y apoya activamente al partido de extrema derecha alemán AfD, al tiempo que critica a la Comisión Europea.
- Fricciones con la base trumpista -
El Reino Unido ha adoptado una ley que debería afectar la actividad de las redes sociales desde este mismo año, mientras la Unión Europea amenaza a X con una fuerte multa.
Musk es un electrón libre, pero no actúa completamente solo.
Alrededor de Donald Trump gravitan ahora varios magnates tecnológicos de perfil bastante similar al dueño de Tesla, que adhieren a una ideología "libertaria" mezclada con ideas reaccionarias.
Sin embargo, los intereses de unos pocos hombres extremadamente ricos, con ambiciones globales y proyectos futuristas, no siempre coinciden con los de la base trumpista, hostil a la globalización y tentada por el repliegue identitario.
Un episodio reciente lo confirma. Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy, que codirigirán la misión de recorte del gasto público, defendieron recientemente las visas H1-B, que permiten a las empresas llevar a Estados Unidos trabajadores extranjeros con habilidades específicas.
La posición del dúo -en particular de Vivek Ramaswamy, según el cual "la cultura estadounidense ha venerado la mediocridad en lugar de la excelencia durante demasiado tiempo"- ha indignado a algunas personalidades conservadoras.
"Acogimos con beneplácito a la gente del sector de la tecnología cuando vinieron corriendo hacia nosotros... Pero no les pedimos que diseñaran la política migratoria", observó con un dejo de malicia Matt Gaetz, excongresista y ferviente partidario de Donald Trump.
A.Hanbury--IP